• Skip to primary navigation
  • Skip to main content
  • Skip to primary sidebar

Corpus Christi Watershed

Pope Saint Paul VI (3 April 1969): “Although the text of the Roman Gradual—at least that which concerns the singing—has not been changed, the Entrance antiphons and Communions antiphons have been revised for Masses without singing.”

  • Donate
  • Our Team
    • Our Editorial Policy
    • Who We Are
    • How To Contact Us
    • Sainte Marie Bulletin Articles
    • Jeff’s Mom Joins Fundraiser
  • Pew Resources
    • Brébeuf Catholic Hymnal
    • Jogues Illuminated Missal
    • Repository • “Spanish Music”
    • KYRIALE • Saint Antoine Daniel
    • Campion Missal, 3rd Edition
  • MUSICAL WEBSITES
    • René Goupil Gregorian Chant
    • Noël Chabanel Psalms
    • Nova Organi Harmonia (2,279 pages)
    • Roman Missal, 3rd Edition
    • Catechism of Gregorian Rhythm
    • Father Enemond Massé Manuscripts
    • Lalemant Polyphonic
    • Feasts Website
  • Miscellaneous
    • Site Map
    • Secrets of the Conscientious Choirmaster
    • “Wedding March” for lazy organists
    • Emporium Kevin Allen
    • Saint Jean de Lalande Library
    • Sacred Music Symposium 2023
    • The Eight Gregorian Modes
    • Gradual by Pothier’s Protégé
    • Seven (7) Considerations
Views from the Choir Loft

[español] Sound Does Matter!

Veronica Moreno · January 2, 2018

Una traducción del texto de Lucas Tappan del 02 de enero 2018
¡IMPORTA EL SONIDO!
para nuestros lectores hispanohablantes.

L ENCONTRARNOS en el umbral de un nuevo año, una mezcla de alegría y aprensión inunda mi alma mientras regreso, descansado, al trabajo después de unas hermosas vacaciones navideñas. Tenga en cuenta que aún no considero que la Navidad “haya terminado”, sin embargo, nuestro nuevo año de gracia presenta un tiempo para comenzar de nuevo y en esa línea me siento obligado a presionar por una resolución de Año Nuevo en particular de usted y su programa musical: cambiar de un sistema predominantemente falso de amplificación (esa cosa que llamamos micrófono) a la belleza de la resonancia natural.

LMT Southwark Cathedral

Confieso una aversión innata a todo lo falso, pero el micrófono se convierte en un enemigo doblemente temido debido a mi desafortunada falta de habilidad técnica. Tal vez sea solo mi experiencia personal, pero su uso parece dividirse en dos grupos en la Iglesia. Las parroquias de la Forma Ordinaria adoran al micrófono como el unum necessarium, la única cosa necesaria, para dar vida a la Liturgia, mientras que las parroquias de Forma Extraordinaria se aproximan al micrófono como si atacaran a una serpiente venenosa.

Por lo tanto, me encuentro agitado por el volumen de la Forma Ordinaria (¡pero al menos puedo escuchar la homilía!) mientras que la tranquilidad de la Forma Extraordinaria me envuelve graciosamente (¡incluso durante la homilía!). Reconozco que esta naturaleza contemplativa se debe tanto, si no más, a la propia naturaleza de la Forma Extraordinaria, pero no me importaría un poco de amplificación moderna durante la homilía. Me hace sentir indebidamente antiguo cuando mi esposa y yo somos forzados a susurrar de uno a otro durante la homilía de 40 minutos preguntándonos “¿qué dijo?” ¡Ay!

Nunca olvidaré, como hace una década cuando entré en la iglesia local para orar y noté que el pastor tenía a un hombre de Bose Sound Systems en la iglesia probando nuevo equipo de sonido. El sacerdote leyó pasajes de las Escrituras mientras el técnico experimentaba con diferentes niveles de sonido y posiciones del micrófono, mientras que los altavoces, colocados en el santuario hacia el coro, producían un cacareo tan fuerte que ni siquiera podía reunir mis pensamientos para rezar. De alguna manera, yo entendí cada palabra. De hecho, cada una de ellas me golpeó la cabeza. Sin embargo, no tenía espacio para contemplar la PALABRA porque no había ni silencio, ni tranquilidad, ni quietud. El pastor y yo éramos amigos, así que salió del santuario para preguntarme qué pensaba. Lo que siguió fue una breve conversación sobre la naturaleza de la Liturgia Sagrada y su doble propósito de adoración y santificación. Hablamos de la diferencia entre la Misa Católica y los servicios de culto protestantes: el primero necesariamente cantado como el himno eterno de alabanza de la Iglesia, mientras que el segundo es casi completamente hablado debido a su énfasis excesivo en la palabra escrita de Dios en detrimento de la Palabra de Dios.

La Liturgia cantada está mucho menos apegada al micrófono debido a la naturaleza repetitiva del Ordinario de la Misa y de la resonancia natural del cantar. Además, el don de silencio le ofrece a uno la perla invaluable de la contemplación. Pregúntale a cualquier madre qué le gustaría después de un día en casa con los más pequeños y te garantizo que no pedirá más ruido. Tal vez los Cristianos comparten el mismo barco. Simplemente están cansados del ruido.

No sé si mi conversación con el pastor fue el catalizador, pero más tarde noté que cuando llegó el nuevo sistema de sonido, los altavoces se montaron en numerosas ubicaciones indirectas a la congregación, replicando una resonancia agradable y natural. ¡Fue perfecto!

En cambio, la mayoría de los músicos de iglesia siguen el modelo de amplificación de los Rolling Stones: la CANTIDAD sobre la calidad. Veo con diversión cómo algunos conjuntos musicales de iglesia prácticamente acarician los micrófonos mientras se preparan (¿oyo los sonidos de “mi tesoro…mi precioso”?) y también después mientras tocan en Misa. Francamente es agotador escuchar y prácticamente desalienta cualquier rasgo cálido de canto congregacional con un salpicadera del agua más fría.

Me sentí un poco justificado recientemente cuando un buen amigo y con mente mucho más grande que la mía (el Dr. Kevin Vogt, Director de Música en St. Michael the Archangel en Leawood, KS) compartió un artículo del New York Times en Facebook titulado Dear Architects: Sound Matters— (“Queridos arquitectos: el sonido importa”), una maravillosa lectura sobre acústica y el ingrediente olvidado en la arquitectura, el sonido.

En su comentario al artículo, Vogt dijo que “si bien muchas personas aprecian la belleza y la reverencia de nuestras celebraciones en St. Michael, muchas otras sienten que le falta atractivo afectivo. Hay muchas razones por las que esto podría ser, pero aquellos de nosotros que vivimos y pensamos sobre estos temas todos los días creemos que, aunque nuestro sistema de sonido es excelente, el tamaño de la sala y la falta de reflexiones de sonido tempranas hacen que cualquier sonido sin amplificar sea muy tranquilo y aislado…”

El canto gregoriano y la polifonía (e incluso el himnario congregacional) se desarrollaron antes de la amplificación eléctrica y creo firmemente que una acústica adecuada es esencial para su éxito (no los someteré a una larga divagación sobre la serie de armónicos). Como reconoce el Dr. Vogt, “como católicos, creemos que Cristo está verdaderamente presente en la asamblea de los bautizados cuando ora y canta, y por lo tanto el mismo sonido de la Iglesia orando y cantando es ‘sacramental’.” La música de la Iglesia pierde gran parte de su poder sacramental cuando se destruye su voz natural. Imagine la diferencia entre el canto gregoriano cantado en un “bungaló” con alfombra en lugar de una catedral gótica (o incluso una humilde iglesia rural del siglo XIX).

El artículo, Dear Architects: Sound Matters (“Queridos arquitectos: El sonido importa”), hace la conexión adecuada entre el sonido (no solo el volumen, sino la calidad misma) y la adecuación de un edificio (¿hace lo que debería?). Por ejemplo, “una puerta de madera sólida y costosa suena mejor que una barata y hueca, en parte porque su pesado golpe nos asegura que la puerta es un verdadero obstáculo, correspondiente a la tarea que cumple”. En otro lugar, el autor escribe, “Si solo de manera subliminal, también sabemos, por su contraste, cuándo un sonido estropea la arquitectura porque no corresponde a la función. El antiguo Shea Stadium en Queens carecía de alegría en parte porque el diseño de su semicírculo bajo y ancho disipaba el sonido de los aficionados alentando hacia Flushing Bay. Fenway Park en Boston es lo contrario; concentra la alegría del equipo local.” Tal dicotomía es una descripción adecuada para muchas de nuestras iglesias.

¿De qué sirve la capacitación de coros hacia un alabar a Dios de manera hermosa y hacia comunicar el Evangelio de manera efectiva si al final del día la congregación se siente aislada por música fría y sin emoción? Entiendo que es “justo y necesario” ofrecer a Dios lo que Él merece, independientemente de si las personas les gusta o no, pero en la actualidad el músico de la iglesia está bajo el fusilamiento de mil voces diferentes que le gritan a través de sus micrófonos. ¿Qué músico continuaría de ofrecerse a tal invitación de ser mártir semanal cuando, independientemente de cómo haga su trabajo, “el diablo acústico” escupe su trabajo en su cara domingo tras domingo? Tal vez el primer paso sea desintoxicar lentamente a las congregaciones del sonido amplificado (este domingo tal vez), o si es necesario la amplificación, convencer a la parroquia de invertir en un sistema de alta calidad que ofrezca la amplificación necesaria pero subestimada de manera efectiva. ¡Eso sería una Resolución fantástica!

Opinions by blog authors do not necessarily represent the views of Corpus Christi Watershed.

Filed Under: Articles Tagged With: CCWatershed en Español, spanish Last Updated: January 1, 2023

Subscribe

It greatly helps us if you subscribe to our mailing list!

* indicates required

About Veronica Moreno

Veronica Moreno is married to a teacher and homeschools five children. She has been cantor at her local Catholic parish for over a decade.—(Read full biography).

Primary Sidebar

Corpus Christi Watershed

President’s Corner

    Latin Liturgy Association
    We note with pleasure that Mrs. Regina Morris, president of the Latin Liturgy Association, has featured—on page 4 of Volume CXXIX of their official newsletter—the three (3) terrific versions of the Stations of the Cross found in the Brébeuf Hymnal. One of the main authors for the blog of the Church Music Association of America said (6/10/2019) about this pew book: “It is such a fantastic hymnal that it deserves to be in the pews of every Catholic church.”
    —Corpus Christi Watershed
    “Music List” • 28th in Ordinary Time (Year C)
    Readers have expressed interest in perusing the ORDER OF MUSIC I’ve prepared for 12 October 2025, which is the 28th Sunday in Ordinary Time (Year C). If such a thing interests you, feel free to download it as a PDF file. As always, the Responsorial Psalm, Gospel Acclamation, and Mass Propers for this Sunday are conveniently stored at the dazzling feasts website alongside the official texts in Latin.
    —Jeff Ostrowski
    PDF Download • “Offertory” for this Sunday
    This coming Sunday, 12 October 2025, is the 28th Sunday in Ordinary Time (Year C). Its OFFERTORY ANTIPHON (PDF) is gorgeous, and comes from the book of Esther, as did the ENTRANCE CHANT last Sunday. Depending on a variety of factors, various hand-missals (all with Imprimatur) translate this passage differently. For instance, “príncipis” can be rendered: King; Prince; Lion; or Fierce lord. None is “more correct” than another. It depends on which source text is chosen and what each translator wants to emphasize. All these pieces of plainsong are conveniently stored at the blue-ribbon feasts website.
    —Jeff Ostrowski

Quick Thoughts

    New Bulletin Article • “12 October 2025”
    My pastor requested that I write short articles each week for our parish bulletin. Those responsible for preparing similar write-ups may find a bit of inspiration in these brief columns. The latest article (dated 12 October 2025) talks about an ‘irony’ or ‘paradox’ regarding the 1960s switch to a wider use (amplior locus) of vernacular in the liturgy.
    —Jeff Ostrowski
    “American Catholic Hymnal” (1991)
    The American Catholic Hymnal, with IMPRIMATUR granted (25 April 1991) by the Archdiocese of Chicago, is like a compendium of every horrible idea from the 1980s. Imagine being forced to stand all through Communion (even afterwards) when those self-same ‘enlightened’ liturgists moved the SEQUENCE before the Alleluia to make sure congregations wouldn’t have to stand during it. (Even worse, everything about the SEQUENCE—including its name—means it should follow the Alleluia.) And imagine endlessly repeating “Alleluia” during Holy Communion at every single Mass. It was all part of an effort to convince people that Holy Communion was historically a procession (which it wasn’t).
    —Jeff Ostrowski
    “Canonic” • Ralph Vaughan Williams
    Fifty years ago, Dr. Theodore Marier made available this clever arrangement (PDF) of “Come down, O love divine” by P. R. Dietterich. The melody was composed in 1906 by Ralph Vaughan Williams (d. 1958) and named in honor of of his birthplace: DOWN AMPNEY. The arrangement isn’t a strict canon, but it does remind one of a canon since the pipe organ employs “points of imitation.” The melody and text are #709 in the Brébeuf Catholic Hymnal.
    —Jeff Ostrowski

Random Quote

He stood firm against nepotism, rebuking his predecessor Pope Pius IV to his face when he wanted to make a 13-year-old member of his family a cardinal and subsidize a nephew from the papal treasury.

— Re: Pope Saint Pius V (d. 1572)

Recent Posts

  • Latin Liturgy Association
  • Important Quote by a Church Musician
  • Fulton J. Sheen Played The Pipe Organ!
  • “Music List” • 28th in Ordinary Time (Year C)
  • Dr. Samuel Backman • “Rooted In Tradition: The Allegory of a Tree”

Subscribe

Subscribe

* indicates required

Copyright © 2025 Corpus Christi Watershed · Isaac Jogues on Genesis Framework · WordPress · Log in

Corpus Christi Watershed is a 501(c)3 public charity dedicated to exploring and embodying as our calling the relationship of religion, culture, and the arts. This non-profit organization employs the creative media in service of theology, the Church, and Christian culture for the enrichment and enjoyment of the public.